tantos versos te escribiera
no habría nadie que te diera
aviso de estas estancias.
Es cierto, hay personas rancias,
pero también las hay buenas,
así pues te mando llenas
de amor, aún sin conocerte,
las palabras que con suerte
te alivien, si tienes, penas.
No quiero ser indiscreto,
pero después de la almendra
y la de memes que engendra
tu persona ¿Qué prometo?
Si supieras el respeto
con que escucho tu pronóstico.
De pronto me siento agnóstico
yo que antes fui tan ateo.
Y aunque les parezcas feo
hermosura es mi diagnóstico.
Te deseo lo mejor
para esta difícil fase
y cuando todo esto pase
ya alabarán tu labor.
Desde aquí te doy la flor
más dulce que no marchita.
La poesía y su bonita
talla de este pensamiento:
tu eres al confinamiento
lo que la luz a la ermita.
Y ya voy a ir acabando
no sin antes elogiar
tus andanzas de ultramar
y otras hazañas de cuando
fuiste médico en el bando
de los que ofrecen su vida.
Gracias por tu desmedida
paciencia y por tu trabajo
que con tiempo y a destajo
ve al fin la curva vencida.
Sólo en posdata os confieso
mis elogios a esos otros
que contenéis a los potros
desbocados del congreso.
Hace falta más que seso
para que triunfe Razón
y no la amarga canción
de quien quiere hacer del muerto
voto, número o acierto.
¿Quién sostiene la nación?