El cuento de los corderos, el camino y sus líderes (metáfora política)

(Recomendado leer al final del día, antes de dormir, para un sueño profundo).

Esperen porque mi columna no habla de números, de fallos, de comparaciones con otros países, de las múltiples actividades que me surgen a diario para no aburrirme (gracias a los que echan ganas a este momento), ni traigo la solución al problema. Y es que vengo a realizar una pequeña crítica, como tantas otras que hacemos en este país, a todo en general, porque si no pa´qué me voy a esforzar.

Ante una crisis como esta, que pone a prueba absolutamente los cimientos de cualquier edificio, no existe una única solución, y menos la solución. Existen múltiples opciones que tienen sus pros y sus contras. Por ello, elijas el camino que elijas, te vas a encontrar con piedras. Unas más grandes que otras, más tarde o más temprano, pero piedras vas a encontrarte seguro.

Ah! Ya está el pesado de turno que escribe el típico artículo critica-solución donde todo termina con que la solución es del pueblo y hay que salir a luchar).

Ya le he dicho que no trata de soluciones. Siga sentado en su sofá y continúe leyendo.

Ahora bien, sitúese en ese camino a mi lado (póngame el rostro que más le apetezca) y nos encontramos ante nosotros con una bifurcación. Escoja el camino que escoja vamos a llegar al destino final. No puede saber lo que le va ocurrir en el camino ni cómo va a ser, porque esto es obvio, ¿no? Es imposible conocer el futuro. Escoja un camino.

Yo podría quedarme parado en la bifurcación y mientras avanzara le estaría mirando, quizás le grite que se está equivocando aun sabiendo que yo tampoco sé la respuesta, pero eso sí, no me voy a mover. Tengo una segunda opción, y es seguirle. Usted piensa que el primer camino es la mejor opción. Yo no lo sé porque no hay una única solución. Puedo valorar ambos caminos, pero es que tampoco conozco cómo son. Por tanto le acompaño y comenzamos a andar sorteando juntos cada piedra que encontramos, sea grande o pequeña.

Le aseguro que en ambos casos vamos a llegar al destino, pero tiene que escoger una de las dos situaciones. Es aquí donde voy a pecar de generalizaciones y juicios sin conocerle, pero me atrevería a decir que escogería la segunda opción. Dos ojos ven más que cuatro, es obvio.

Ahora no se olvide de esta historia y siga leyendo.

Hacemos una cosa muy bien en este país: criticar. Le aseguro que es algo positivo: una buena crítica suele estar acompañada por una buena solución, eso sí, si es buena. Y he aquí el “quid” de la cuestión. Necesitamos buenas críticas y no todo el mundo está preparado para hacerlas, aunque todo depende de la situación y el momento.

Les aseguro que independientemente del gobierno que se encuentre en ese momento a cargo, del cuerpo técnico, de la oposición, de los médicos, de los ciudadanos, de absolutamente cualquier factor que se encuentre relacionado con esta situación, nunca existiría una buena solución para resolver el conflicto. Caminos hay muchos, nadie, absolutamente nadie, conoce cuál es el camino perfecto, y si alguien comienza a caminar por uno, usted mismo me lo ha afirmado, todos deberíamos avanzar con él.

En esta historia son tres las personas que caminan por ese camino (el gobierno, la oposición y los sanitarios) junto a un rebaño que les sigue allá donde vaya (la sociedad, usted y yo).

Querido gobierno: les pido que escuchen a su oposición y a las personas que les acompañan en este camino que han elegido. La elección está hecha, pero la travesía puede ser más fácil si se dejan ayudar. No quieran ir delante para tratar sobresalir sobre los que les acompañan, pónganse a la misma altura, para que cuando encuentren una piedra la vean todos juntos. Porque cuatro ojos ven más que dos.

Querida oposición: les aseguro que no existe gobierno capaz de resolver este conflicto de la mejor manera. Como he dicho, hay muchas soluciones, pero ninguna es la solución. El camino se ha elegido, son ustedes los que deben acompañar y no quedarse quietos gritando a lo lejos que se están equivocando. Tengan la seguridad que si los papeles se intercambiaran, les gustaría tener a una persona que les acompañara por ese camino sin ser un peso más.

Queridos sanitarios: son la tercera persona en este camino. No existirá manera capaz de agradecer lo que están haciendo por todos nosotros. Les ha tocado ser la tercera persona que acompaña a las otras en este camino, y es que son ustedes los que conocen de la mejor manera todas estas piedras y pueden ayudar a que sus acompañantes las sorteen.

Y por último, usted. Querido lector: es la cuarta persona (porque doy por hecho que no es ninguna de las anteriores). Usted y yo somos simples corderos que seguimos a las personas que nos van quitando las piedras del camino. No sirve de nada que se quede atrás gritando que ese no era el camino, ni caminar y a su vez gritar porque está cansado. No está viendo las piedras que hay delante y no sabría como sortearlas, o tal vez sí, pero no le ha tocado a usted ser el primero esta vez.

Igual sí que he acabado hablando de soluciones, pero es imposible que no lo haga, soy español y es lo que hacemos, hablamos mucho sin conocer el camino. Que tenga un buen día.

Fotografía de https://www.enginakyurt.com/


Por Guzmán Fernández