Pinceladas sobre la libertad

Estas últimas semanas hemos visto a través de los medios de comunicación distintos acontecimientos que me han hecho reflexionar sobre el concepto de libertad. Los duros enfrentamientos en Cataluña, la exhumación de Franco y sus consiguientes reacciones, las peligrosas declaraciones de Vox que exhiben con orgullo hasta en la propaganda electoral… Y para no equivocarme, he buscado la definición de libertad en la RAE, la cual, en su primera acepción, detalla lo siguiente: 

1.  f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. 

Me ha sorprendido también que están registradas en el diccionario hasta veinte formas distintas de libertad: de cátedra, de expresión, de información, de pensamiento, de espíritu, religiosa… Y la lista sigue. 

Mientras escribo estas palabras suenan los informativos de fondo. Unos informativos que muestran cómo grupos radicales impiden la entrada de estudiantes a las universidades y cortan carreteras de forma violenta para evitar que la gente acuda a las manifestaciones constitucionalistas. Pocas horas antes recibo en mi buzón la propaganda electoral de Vox, en la que me cuentan que una de sus medidas será, y cito textualmente, “ilegalizar los partidos separatistas y defender nuestras tradiciones y nuestra economía frente a los organismos supranacionales”. Ilegalizar. A estas alturas de la democracia. Sin comentarios. 

También vi en directo la exhumación de Franco del Valle de los Caídos el pasado jueves 24 de octubre. Un grupo de no más de doscientos “nostálgicos” (así los llaman ahora, aunque sean chavales de veinte años) se amontonaba en la entrada del cementerio de Mingorrubio a gritos de “Viva Franco”. Una señora que rondaría los setenta años declaraba, y vuelvo a citar textualmente, que “hoy era un día triste porque terminaba la democracia y la libertad y comenzaba un estado dictatorial”. Me hubiera gustado estar allí para preguntarle a esa señora por qué piensa que sacar a un dictador de un monumento como el Valle de los Caídos significa el fin de las libertades. Un dictador que, por cierto, no hace honor al nombre de dicho valle. Pero esa es otra historia. 

Es obvio que actualmente gozamos de todo tipo de libertades y eso es algo excepcional y que, ante todo, hay que proteger. Pero también me pregunto a veces: ¿dónde acaba la libertad de uno? Y ahí lo tengo claro: donde empieza la del otro. 

Manifestarse pacíficamente contra una situación que te parece injusta es libertad de expresión. Manifestarse lanzando adoquines a la cabeza de otros, privándoles de sus derechos, no es libertad de expresión, es violencia. 

Rechazar las ideas de partidos separatistas y no querer relacionarse con ellos es libertad de pensamiento. Ilegalizar dichos partidos no es libertad de pensamiento, es intolerancia y censura.

Y no, señora, sacar a un dictador de un mausoleo no es eliminar libertades. Pero eso ya se lo explicaré a ella si me la encuentro. 

En el preciso momento en el que un individuo le está privando de libertad a otro se termina la suya. Creo que nos equivocamos cuando entendemos el concepto como algo abierto e ilimitado, porque no lo es. Libertad no es hacer lo que me dé la gana cuando me dé la gana. Libertad es, como bien dice la RAE, una facultad que tiene el hombre para hacer o deshacer como considere oportuno y, no nos olvidemos de la coletilla, ser responsable de sus actos. Responsabilidad. Esa es la clave del buen uso de la libertad. 

Quizá con los tiempos que corren hoy en día deberíamos ser menos violentos, menos censores, menos intolerantes. Quizá deberíamos procurar ser más responsables. Porque cuando realmente aprendamos a serlo, podremos ser libres de verdad. Y eso sí que es algo que no tiene límites. 

Desde aquí os invito a todos los que habéis conseguido llegar al final del artículo a buscar la definición de la palabra libertad y reflexionar sobre si realmente cumplimos con todas las acepciones, no solo para con nosotros mismos, sino para con los demás. Aunque sois libres de no hacerlo.