La misión de las personas

Hace no mucho tiempo tuve una conversación con una persona muy especial, me explico como tenía la teoría de que hay personas que vienen a tu vida con una misión.

La teoría se define por personas que vienen en momentos puntuales de tu vida para darte una mano en la crisis del momento, y ya está. Me puso de ejemplo aquella vez que conoció por casualidad a un doctor acostumbrado a dar malas noticias justo cuando había fallecido su abuela, esa persona había llegado a su vida con la misión de apoyarla en ese momento difícil, y punto.

Lo que define la vida de las personas, no es su trabajo, no son sus hobbies, no es cuánto dinero tengan o dónde se vayan de vacaciones. Lo que define la vida de las personas, es con quién trabajan, con quién comparten su tiempo libre, y con quién viven. En definitiva, lo que define la vida de las personas son sus relaciones personales.

Sin embargo, por encima de estas relaciones se encontraría la relación que uno tiene consigo mismo, ya que la relación que tengas contigo mismo va a predecir cómo van a ser tus relaciones con otras personas.

Las relaciones con otras personas vienen y van. Hay que saber ver y distinguir la misión con la que las personas vienen. Hay personas que justo vienen en el momento ideal, en el momento que necesitas en que alguien te enseñe a ver las cosas de otro modo. Hay personas que siempre han estado ahí, con las que creces, las que conocen tu núcleo central. Hay personas que te llaman cuando te necesitan. Hay personas que solo pueden estar contigo en ciertos momentos y es por una razón. 

Tienes que tener el superpoder de saber con quién hablas, saber qué piensan, para qué puedes contar con ellos, para qué no, y saber, a la vez, qué les aportas tú en su vida. Aceptar a las personas tal y como son sin esperar ni más ni menos de ellas. 

Quizás eso sea la inteligencia emocional esa que está de moda últimamente.

La lección más valiosa que aprendí de esta conversación fue que las relaciones con las personas tienen fecha de caducidad, y la fecha de caducidad es: hasta que sea divertido. Cuando estar con alguien deja de ser divertido, es hora de decir adiós.

Hay veces que tienes que aprender a saber decir adiós y dejarlo atrás. Esto parece fácil pero no lo es, y no poder verlo, puede llevarte a complicarte la vida ir contra el viento y la marea de las fuerzas universales, y, en definitiva, llevarte por el camino de la amargura.

Qué rápido nos acostumbramos a lo bueno y qué difícil es dejarlo ir.

¿La conclusión? Que te quieras mucho, que te conozcas y sepas a quién tienes delante,  disfrutes, que te rías, que no te compliques la vida, y que si, tienes tiempo libre, que te leas un libro. Así de fácil.