Aprende a no ser un "incel"

Tras el término incel se esconde la expresión inglesa involuntary celibate. Se trata de grupo de personas que no tienen relaciones sexuales con frecuencia, por eso se autodenominan célibes involuntarios (en español podríamos llamarlos celibín, que suena más mono). Hasta aquí no hay ningún problema. Todos conocemos personas que tienen más éxito en el terreno sexual y otras que no se comen una rosca. Además, no se trata de un estatus eterno; seguro que todos hemos pasado por épocas más o menos activas.
El problema llega realmente cuando, como ha sucedido en los últimos cinco años, se producen matanzas por parte de algún descerebrado en nombre de los incel. Así sucedió en 2018 en Toronto (Canadá) cuando un joven arrolló con una furgoneta a varias mujeres en una calle concurrida para "castigarlas" por no hacer caso sexualmente a los hombres como él. Y algo similar había sucedido años antes en Estados Unidos.

Los psicólogos que han estudiado estos comportamientos han encontrado foros en los cuales participan hombres que llevan al menos seis meses sin tener relaciones sexuales y en ellos se lamentan de su situación, se compadecen unos de otros y, aquí viene el problema grave, acusan a las mujeres y hombres guapos, atractivos y exitosos en el plano sexual de ser los causantes de su desgracia. Algo así como pensar que si tú no ligas cuando sales por la noche es porque tu amigo es demasiado guapo y se las lleva a todas de calle. Uy, esto lo he escuchado alguna vez...

Si descendemos un poco más a la cuestión de fondo y dejamos en cierto modo de lado el hecho de que los psicópatas que cometieron esos atentados eran eso, pirados, lo que tenemos de base son dos cuestiones: en primer lugar, la presión machista hacia el sexo. Y esto no es algo de Norteamérica. Esto sucede aquí cada fin de semana, especialmente entre los jóvenes, cuando salen de fiesta. Si no tienes novia, tienes que pillar. Si uno se lía con muchas chicas es un campeón, y el que no se come un colín es un pringado (creo que al menos ahora ya no te llaman mariquita, o al menos no tanto). Todos los hombres hemos sentido alguna vez la presión del grupo por tener éxitos y conquistas sexuales (suena aberrante esta expresión). Y cuando ya no eres tan joven y tienes una familia, te casas, tienes hijos, aunque sea en tono jocoso, se repiten los comentarios: "pues cuando te casas ya no tienes tanto sexo como antes...", "y ya si tienes hijos, olvídate...". Sigue ahí la presión de tener sexo a menudo.

En segundo lugar, y este es otro signo de nuestro tiempo, lo que encontramos en el fundamento de esta nueva categoría de los incel es una tolerancia nula hacia la frustración. Efectivamente, llevas el tiempo que sea sin tener relaciones sexuales. ¿Y? ¿Es la parte más importante de tu vida? ¿Es la que da sentido a tu existencia? ¿Acaso crees que si tuvieras sexo frecuentemente desaparecerían tus otros problemas? Es cierto que las relaciones sexuales proporcionan una sensación (pasajera) de autoconfianza que hace que te sientas mejor, pero tal como llega se acaba yendo. Y sobre todo, ¿nadie les ha explicado a estos hombres que es la autoestima, la seguridad, la propia personalidad lo que realmente hace que se dé una relación entre dos personas? Lo realmente atractivo, tanto física como psicológicamente, es una personalidad asentada. Y cuando sabes aceptar que otros "triunfan" más que tú y que a cada uno le llegará su momento cuando sea adecuado, te calmas, te valoras más, actúas de manera más tranquila, más seguro de ti mismo y... oh, alguien se fija en ti.

Quizás buscando eso, sentirse seguros, la última noticia que tenemos de estos celibines (de verdad, ¿no os suena mejor?) es que muchos han decidido comenzar a operarse para ser más atractivos. Mucho mejor que matar a gente, sin duda. Dejaos el dinero que queráis para pareceros a Chris Hemsworth, pero no le echéis la culpa de vuestra "desgracia" a los chicos guapos y mucho menos a las mujeres. Si no se fijan en ti, el cambio lo tienes que buscar dentro. Aprende a no ser un incel. Valórate.

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