Por Íñigo Madrid.
La exposición indiferente de hechos, contra lo que puede parecer, jamás es neutral. Por ello existe un género, sincero y valiente, como la crónica. Ésta no aspira a la neutralidad, sino que, con una necesaria carga valorativa, intenta contar por qué y cómo suceden las cosas. Y sin esconderse.
La exposición indiferente de hechos, contra lo que puede parecer, jamás es neutral. Por ello existe un género, sincero y valiente, como la crónica. Ésta no aspira a la neutralidad, sino que, con una necesaria carga valorativa, intenta contar por qué y cómo suceden las cosas. Y sin esconderse.
Así lo hace Rafa Latorre,
columnista en el diario El Mundo y colaborador en el matinal de Alsina, en su
nuevo libro Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido (Esfera de los libros). El periodista ha
escrito un brillante e intenso relato de aquello que él ha venido a llamar «el
autosacrificio catalán». Por sus páginas no solo aparecen detallados los hechos
que se sucedieron en otoño del año pasado en Cataluña, sino que, a través de un
agudo repaso a la memoria, retrata a los irresponsables personajes que durante
años urdieron la farsa.
El libro comienza con un
aspecto esencial para comprender el mesianismo nacionalista: la base religiosa.
Señala atinadamente el autor que «cuando hablamos de nacionalismo hablamos de
fe en una realidad inmaterial, de la promesa de una redención; de un blindaje
de mitos, leyendas y abstracciones contra el que se estrella la fría razón». El
cristianismo y la Iglesia han jugado, también, un papel fundamental en la
construcción de la totalidad. Pone, el autor, el ejemplo de la iglesia de
Vila-Rodona el 1 de octubre de 2017, donde, detrás del altar, y para evitar la
intervención de la policía, se dispusieron a contar los votos.
Latorre recupera algunos
de los momentos, ya históricos, del otoño de 2017. Así cuenta -mezclado con
anécdotas personales, lo que aumenta con creces la calidad del texto- cómo, el
día 8 de octubre, un millón de ciudadanos movilizados por el Rey salieron en
Barcelona a defender «algo tan revolucionario como la sensatez». Adjunta en el
libro la crónica que escribió con urgencia aquel día en una pizzería, y que
recomiendo fervientemente leer.
Hay un ejercicio, que
invita a hacer el libro, y que es sumamente necesario para comprender, ya con
una cierta -la justa- tranquilidad, el carácter antidemocrático de las sesiones
de los días 6 y 7 de septiembre en el Parlamento de Cataluña. Es el de volver a
leer la transcripción de diferentes momentos del pleno, donde se llegó a decir
que «a la gente no le preocupa el reglamento» (sic). Hay momentos en que el
nacionalismo muestra sin complejos la profunda base autoritaria con la que se
legitima, y que, claro, intenta imponer. Uno de ellos es este, cuando dio un auténtico
golpe civil, sacando a Cataluña del orden constitucional.
El Procés, como
totalidad, tiene incluso un catálogo de palabras. Latorre, que las define y
desmonta con acierto, ha recopilado unas cuantas: unionista, humillación, judicialización,
seducción o -mi preferida- jugada maestra. Son, en su mayoría, herramientas de
uso frecuente en un espécimen que aparece recurrentemente en tertulias, y que
gobierna alguna que otra ciudad: el equidistante. Un personaje que intenta
siempre situarse en el medio de todos los posicionamientos, también cuando
hablamos del cumplimiento de la legalidad. El periodista ha encontrado la fórmula
perfecta para detectarlo: «para condenar a “x” ha de condenar con él a “y” pero
para condenar a “y” no necesita también condenar a “x”». (Es, en fin, el que
condena todos los nacionalismos cuando habla del catalán, pero no hace lo mismo
cuando habla del español).
Rafa Latorre ha escrito un
texto periodístico. No ha intentado, como dijo en una entrevista con Karina
Sáinz Borgo en Voz Pópuli, llevar a cabo un uso intenso de categorías
politológicas -aunque inevitablemente las haya. Son unas líneas de alguien -y
se nota- que vivió con angustia cómo un grupo intentaba secuestrar una parte de
su país, y que intentó contarlo, con intensidad y precisión, día a día. La
actualidad tiene un inconveniente, y es que elimina cualquier atisbo de
perspectiva. Por ello se hace necesario que se escriban relatos como este,
relatos que den parte, de forma completa y limpia, de lo ocurrió. Latorre ha
escrito la que yo creo que es la crónica definitiva sobre el Procés.
Autor: Rafa Latorre. Título: Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido. Editorial: La Esfera de los Libros. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro