La punta del Iceberg del Alcohólico

Por Almudena Wilson



Nunca he conocido a una persona que no tenga ningún problema o preocupación. Todos escondemos algo, desde las fotos de 2012 de Tuenti (por favor, que nunca salgan a la luz) hasta miedos, carencias, o trastornos, algunos, que incluso ni tú mismo sabrías reconocer.


Tampoco creo que haya niveles de problemas, cada uno, según su personalidad y sus circunstancias, se deja afectar por todo lo que pasa a su alrededor de una manera u otra. Cada persona afronta su situación a su manera y como puede.


Por desgracia, todo tiene consecuencias, y cómo afrontemos nuestros miedos, carencias, o trastornos (si los llegamos a reconocer), puede llegar a crear problemas más pequeños o más grandes.


Del mismo modo que un pequeño complejo crea un problema de autoestima, y este a su vez crea un trastorno alimentario, por ejemplo.
Si mucha gente te dice que eres un puto alcohólico, al final, te acabas comportando de la manera de la que esperan que lo hagas, y al final, ladrillo a ladrillo, crean un problema real y serio.
Cómo si no tuvieses suficiente contigo mismo, llega la presión social, y un pequeño comentario que tenía que hacer gracia, se hace un mundo.


Parece obvio aunque no siempre lo es, una persona alcohólica, su problema no es que no sepa beber o que no sepa dónde está el límite, su problema son los miedos, carencias, o trastornos que no le dejan afrontar la realidad de otro modo. A veces confundimos el problema con la consecuencia, llamamos alcoholismo a cualesquiera miedos, carencias, trastornos...


Al final, le han dicho tantas veces, “hueles a alcohol”, “cuántas copas llevas”... que el individuo acaba reconociéndose así mismo como alcohólico, y se focaliza como si este fuese su problema, cuando es solo una consecuencia del problema real, esa parte sumergida del iceberg.


En esta sociedad deshumanizada, todos vemos esa punta de hielo, pero no cualquiera reconoce el bloque sumergido, y entonces meten la pata, contribuyen al problema o lo juzgan sin fundamento, abriendo y haciendo más grande la herida, palabra a palabra.


Y así, cada cosa que te pasa, ves y experimentas día a día, pasa a formar parte de la persona que eres, y perdoname, pero esos miedos, carencias, o trastornos siempre te acompañarán, ya que forman parte de ti, por muy superados que los tengas, siempre habrá un pequeño comentario que te afectará de forma más destructiva a cómo debería.


Ya que nadie es capaz de entender a los demás sin antes conocerse a sí mismo, mi consejo pantalla a pantalla es que aprendas a encontrar explicación a tus patrones de conducta, que escuches a tu cuerpo, cómo reaccionas a las cosas, cómo te afecta cada cosa a la que te expones. Y a partir de ahí, intentes entender a cada persona con la que te cruzas, veas sus circunstancias, y entiendas su conducta antes de juzgarlo y hacer daño “sin querer”. Aprende a ver el fondo sumergido de cada iceberg.

NOTA RELEVANTE:  Todo el artículo expuesto es pura subjetividad, opinión personal sin ninguna clase de fundamento científico. Todo mi respeto a los alcohólicos que han tenido la mala fortuna de servir de ejemplo para el planteamiento.