La hipocresía americana

Por Sophie Carvallo

La "National Football League" estadounidense sería, culturalmente hablando, el equivalente a la Liga. Es decir, el evento deportivo más destacable del año, en el que se invierten tanto millones de dólares como tiempo de visualización humana. Como suele ocurrir en estos acontecimientos tan públicos, la política se entremezcla. Por ello, cuando Colin Kaepernick decidió arrodillarse la temporada pasada cuando sonó el himno estadounidenses, fue visto por millones y las opiniones volaron. Colin es desde entonces agente libre y ya no participa en la NFL. Pero la cuestión no acaba aquí, el impacto que ha tenido Kaepernick en esta temporada es realmente increíble, todo el país, hasta el presidente estadounidense tienen una (o muchas) opiniones acerca del asunto. La palabra más repetida en este debate es "patriotismo", y en esa palabra nos centraremos. 

Kaepernick no se arrodilló por accidente, lo hizo como gesto simbólico contra las acciones recientes de Estados Unidos: el racismo, la elección de Trump y la brutalidad policial. Acto seguido fue acusado de ser "antipatriota", "odiar a Estados Unidos" y "no respetar la bandera". Analicemos por qué estas tres acusaciones son gravemente incorrectas.

Según la RAE, patriotismo es "Amor a la patria". Por lo tanto, las dos primeras acusaciones son en esencia, lo mismo. Pero la protesta de Kaepernick no viene desde otro lugar que el amor. Kaepernick no está proponiendo la destrucción o el desprecio de Estados Unidos, está proponiendo mejorarlos. Lo que Kaepernick pide es que los fundamentos de Estados Unidos sean respetados, que Estados Unidos sea lo que dice ser. “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal” escribió Jefferson en la declaración de independencia. Kaepernick y aquellos que le han seguido solo piden que se viva acorde a la fundación del estado americano. Que la brutalidad policial no sea una ocurrencia diaria, que la nación no tolere el racismo, el machismo, la discriminación. Kaepernick no odia Estados Unidos, tiene expectativas más altas para ella.

En cuanto a la bandera, Estados Unidos tiene un código entero sobre el comportamiento que hay que tener hacia la bandera y el himno, símbolos del país. No estar de pie es una ofensa hacia la patria, pero también lo es que la bandera sea utilizada en vestimenta, que  sea parte de un disfraz, que sea usada como soporte o para fines publicitarios. El no respetar la bandera es una práctica común en Estados Unidos que solo se menciona cuando interesa políticamente. En este caso, a Trump y a sus aliados les interesa crear la narrativa en la que Kaepernick y otros activistas odian Estados Unidos, no la administración de Trump.

El hecho de que Trump dedique más tiempo y más tweets a Kaepernick que a la destrucción de Puerto Rico, representa la hipocresía del patriotismo americano. Porque, cuando la simbología es más importante que la realidad de una nación, ¿qué dice eso de sus representantes?