Cuatro años ya, Gata. Sin tus idas y venidas.
Buscando una luz, igual que tú hacías.
Yo te invoco,
buscando una luz.
Ilustración por Almu Wilson y Villadiego (si lees desde el móvil, gira la pantalla. Importante) |
Tras tu desenlace bruto,
Temis se aguantó las lágrimas
y arrojó todas tus rimas
a un Olimpo hundido en luto.
Tejió en su hilo diminuto,
Láquesis, tu son letal;
una psique excepcional,
discordante igual que hermosa;
y bordó en una hebra, diosa,
desafiando lo inmortal.
El Estigia riega tu alma,
y a causa de tu retórica,
encrucijada alegórica,
Antígona se desalma.
Tan solo se encuentra en calma
mecida entre tus compases.
Si tan solo la abrazases
una vez más con verdades,
despojada de ansiedades
viviría entre tus frases.
Observando tu legado
dejas algo a flor de piel.
A tu ejército más fiel,
con un mensaje encriptado.
Para ser. Nunca domado.
Gata, felina tenaz,
garras de Erinia, voraz.
En esta tierra (aún) se escucha:
en tu sonido habrá lucha
y en tu silencio habrá paz.