Por qué el minuto de Tata contra Kusa es para enmarcar

La Red Bull Batalla de los Gallos Nacional de Argentina ha sido un evento eléctrico donde se han puesto a prueba los mejores batalleros argentos de este año, Taty Santa Ana como nueva host y la incorporación de algunos jurados noveles en los sillones. En un evento tan atrevido y siempre salpicado de polémica, Tata es el segundo freestyler que se proclama como bicampeón nacional este 2020 que tantos sabores agridulces nos está dejando. 

En este artículo no quisiera hablar de las decisiones de los jurados o la mala suerte que hemos tenido (sobre todo los espectadores) en el reparto de emparejamientos, que nos dejan despedidas demasiado tempranas y una final desde luego inesperada. Quisiera dedicarlo exclusivamente a quizá el minuto más célebre del evento sucedido el 22 de noviembre a puerta cerrada: TATA vs KUSA. 

La batalla abre con un 4x4 bastante básico. Algunos puntos a favor de Kusa y ciertos picos de emoción por parte de Tata que mantienen la ronda bastante igualada aunque tal vez un poco por encima para el debutante a nivel argumental. Cabe destacar que era la primera batalla de la jornada y el ambiente estaba aún por encender, el Freestyle utilizado por ambos hasta el momento era básico, fluido, aunque el formato y la temática quizá no favorecieron la química entre los oponentes en esta ronda. Se puede apreciar cierto choque de estilos: el debutante se muestra gallardo y fiero, mientras que Tata es más versátil; parece que prueba desde qué registro emocional encarar el encuentro. Un buen batallero contra un artista, un actor con tablas. 

Llega el minuto libre de Kusa. El de Buenos Aires enfrenta el minuto desde su posición de “sad-boy”, mencionando su dolor en clave de rabia y rebeldía; una apuesta que empieza a popularizarse en el free con la llegada de la generación que creció con referentes como XXXTentación y Lil Peep. Argumentalmente da vueltas hasta mencionar a un fallecido amigo suyo y acabar parafraseando a la protagonista de la saga de literatura adolescente de Los Juegos del Hambre. Hay algo interesante en este minuto y es como en el segundo verso incorpora una leve entonación y acaba con lo que parece un adlib (“bebé”), recursos que de nuevo recuerdan a la corriente del emo-trap. En definitiva, unos buenos 5 patrones. 

A partir del minuto 4:28 del vídeo disponible en el canal oficial de Red Bull es cuando, para los amantes de esta disciplina, empieza la magia. Tata empieza a rapear al escuchar la base, sin ni siquiera tener el tiempo, hace una primera prueba de entonación y flow, y cuando se da cuenta de que su minuto en realidad aún no había empezado reacciona: se detiene, con una frase abierta, y cuando le dan el tiempo de verdad retoma, energía. Además del uso de la métrica, la carga emocional de los versos cambia por completo: cuando antes parecía que estuviera divagando ahora se dirige directamente a su rival. El estilo, por cierto, es la actualización perfecta de la vieja escuela: la esencia del fraseo de la plaza en un escenario lleno de raperos. Kusa no puede evitar sonreír viendo a Tata.

“La verdad que me desprendo, / voy con este flow y te voy prendiendo fuego. / Lo  hago bien despacio y te despejo / tus problemas de tu dolor…”


“Me chupa un huevo tu dolor interno, eso déjalo para tu casa / acá es una batalla de  Freestyle, ¿no la cazas? / Acá hay que batallar con el otro y ser más inteligente, / tratar  de sacar del corazón: esa linda fuente.” 


Kusa y Tata (Fuente: RedBull)

Como bien apuntó Kapo en su análisis en directo disponible en su canal de YouTube, Tata decide inteligentemente plantear su minuto desde una posición dialéctica beneficiosa. “Los sentimientos son importantes, pero esto es una batalla y ahora vas a aprender lo que es estar jodido de verdad, niñato.” Es básicamente el hilo argumental que el campeón siguió durante sus patrones de modo que no rechazaba lo emocional pero lo colocaba a su favor.

“Igual te entiendo, hermano, porque todos sufrimos / venimos acá, hacemos catarsis,  de esa manera existimos. / Pero hoy no te voy a contar mis problemas / te voy a contar  que los voy a atravesar y te voy a pasar por encima el esquema. 

Lo quiebro. 

Muchos dicen que yo no voy a poder / y eso es lo que me da ganas de intentar y de  volver / (…) / (…)”


Aquí se quiebra el plató. Esta rima, este punchline a mitad del patrón me llevó directamente a Stigma y su escoba nueva. Este bardeo es un alarde de free real: “el punch no me llega en la cuarta barra, me llega ahora y ahora lo suelto”. Y eso es real, eso enciende al público porque es de verdad. La métrica es completamente libre, Tata domina al máximo la situación.

“Mirá. 

Tengo que cambiar pañales, levantarme a las tres y media de la mañana, / ir a laburar,  hacer una banda de cosas en mi casa. / A vos mamá te hace la comida y te dice: está  lista, / yo mientras le hago “upa” a mi hija imagino un gran Freestyle.” 


Aquí se rompe todo. Tata mira al vacío mientras sigue rapeando y Kusa le mira sonriendo. La “realidad” (ese concepto abstracto todavía por definir por los raperos) cae en el escenario y obliga a levantarse y aplaudir a todos los presentes. Tata agarra el recurso de la emotividad, lo comprende y lo hace suyo para ganar la batalla demostrando sus tablas y la versatilidad que sólo te dan los años. “Eres solo un niño, yo sí sé lo que es trabajar, yo sí sé lo que es un problema y luchar por hacer sentir orgullosos a los tuyos”. La puesta en escena, que proyecta en la mente del oyente la imagen clara y arquetípica del padre protector soñando con volver a ser el mejor. El último patrón es genérico, da igual, Tata ya ganó y tampoco tendría sentido que fuera mejor que este (eso sería lógico en una obra pensada y trabajada, esto es improvisación). Esto solo fue el primer encuentro de la fecha y quería dejar este minuto transcrito porque creo que es un fantástico ejemplo de lo que puede ser una batalla de gallos: una disciplina en la que la violencia puede tomar la más bonita de sus formas, donde el respeto se gana a pulso y tus rivales estarán encantados de concedértelo. Enhorabuena a Tata, esperamos con ganas verlo en FMS porque, desde luego, nació para esto.

Tata con la Medalla de Campeón (Fuente: Urban Roosters)



Por Eloy Zamora