Salvini y las islas Diomedes

Por Fernando Santos


Entre las poblaciones de Naukan (Rusia) y Gales (Alaska, EE. UU.) hay apenas 80 km de separación, y sin embargo, si las buscas en cualquier mapa de papel, de los de toda la vida, están cada una en un extremo del mismo. Son las dos poblaciones más cercanas en el estrecho de Bering, aquel que separa Norteamérica de Asia. Son un ejemplo naíf, pero muy visual, de que los extremos se tocan; de que aquello que parece estar a muchísima distancia puede, en realidad, estar más cerca de lo que creemos.

La pasada semana, el ministro del Interior y viceministro de Italia, Matteo Salvini, afirmó que quiere elaborar un censo de la población gitana de Italia para expulsar a los que estén de manera irregular. "A los [que son] italianos, por desgracia, hay que quedárselos", añadió. Afortunadamente,  el poder judicial italiano ya ha dicho que este tipo de medidas son inconstitucionales y el propio primer ministro italiano ha dicho que no se va a hacer.

Hacer un censo de un grupo de personas por motivos de raza es una barbaridad en sí misma. Da igual con qué objetivo lo hagas. Estás señalando a un grupo de personas por su origen étnico. Es un mal comienzo. Y lo que mal empieza, mal acaba.

Solo tenemos que tirar de búsqueda rápida en Google para encontrar otras declaraciones similares de Salvini y de otros líderes de la Liga Norte. Ya dijeron burradas semejantes, pero no eran los dirigentes de uno de los principales países de Europa. Quien sí lo era, el exprimer ministro Silvio Berlusconi, también sugirió en su día una idea parecida, pero quizás con él ya estábamos curados de espanto por sus bravuconerías. Y quizás el problema sea ese. Que nos acostumbremos. Que lo dejemos pasar... y al final pase. 

Los extremos se tocan. Parecía imposible que dos partidos tan opuestos como la ultraconservadora Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas formaran gobierno en coalición, pero la política hace extraños compañeros de cama. Ya se vio con Hitler y Stalin en 1939...

Volteando la imagen del estrecho de Bering para verla desde el lado positivo, si ampliamos un poco y nos acercamos a esa zona inhóspita de la Tierra, descubrimos que en mitad del estrecho existen dos islas: las islas Diomedes. Una se llama Diomedes mayor, y pertenece a Rusia; la otra se llama Diomedes menor, y pertenece a Estados Unidos (¡chúpate esa, Trump!). Están separadas por apenas 3 km de agua que en invierno se congela y se pueden cruzar andando. Es ilegal, porque no hay un puesto de aduanas, pero vamos a obviar este detalle.

A pesar de que actualmente la política italiana nos parezca tan alejada de nosotros; aunque parezca que uno de los socios fundadores de la Unión Europea extrañamente está dando pasos para desintegrarla; incluso si nos da la sensación de que entre Italia y el resto de Europa hay un vacío frío y helador, quizás tengamos que procurar caminar sobre ese hielo para acercarnos, aunque no haya aduanas que lo regulen, aunque podamos resbalarnos, y acercar posturas y recordar que la base de la Unión Europea es la integración y la solidaridad. Tengas el origen que tengas.