Durmiendo en el sofá

Por Álvaro Maldonado de la Cuadra

Las tazas de positivismo comercial inundan las cocinas. Los mensajes de superación fabricados por marcas de zapatillas se incrustan en nuestras mentes. La resiliencia está siendo abandonada. Tras el golpe hay que levantarse, pero ¿cuál es el golpe si nadie asume responsabilidad? Todos ganamos, todos encontramos el lado supuestamente positivo para evitar asumir la circunstancia en su totalidad, eliminando a una de nuestras odiadas compañeras: la tristeza.

Nunca hablamos de tristeza,
Un día de estos ella se va a sentir sola,
Nadie la quiere nombrar,
Ella se siente sola,
Nadie habla de ella,
Ignorada y melancólica,
Tristeza acaba el día,
Tristeza duerme sola.

De tanto dormir tristeza sola, nos olvidamos de que estábamos dejando dormir en el sofá a una de nuestras más sabias compañeras. Tan sabia es, que escucharla nos molesta.

Cuando llegue el olvidado sentimiento, no lo entenderemos. Lo hicimos todo bien, nos levantamos con ese pseudopositivismo, hicimos caso a los libros de superación que vendían en el Vips, escuchamos charlas de motivación y de cómo evitar gente tóxica, y seguiremos sin entendernos.