Seamos sinceros: estando en pleno siglo XXI, ya va siendo hora de que normalicemos el vello femenino. Es innegable la insaciable presencia de un estigma con respecto al vello corporal y facial en las mujeres en el que, a pesar de que sabemos que es lo más natural del mundo, nos escandalizamos al verlo. Experimentamos diariamente una contradicción en la que conviven la normalidad del vello y a la vez la necesidad de eliminarlo. Pero la realidad es que el vello crece en la mujer, está ahí, al igual que en el hombre, y no debería verse sometida a la pesada carga tabú que supone para la sociedad el no quitárselo.
Fotografía de: instagram.com/superdeluxe |
Adjetivos peyorativos y motes insultantes persiguen a las mujeres desde una temprana edad siempre que muestran más vello de lo que es aceptable. Si es que el vello está tan mal visto en la sociedad que hasta en los anuncios de cuchillas o bandas de cera usan a personas ya depiladas.
Depilarse debe ser una opción personal y hay que entender
tanto a las mujeres que deciden hacerlo por opinión propia como a las que no. Por lo que, la respuesta tanto a la pregunta que encabeza este artículo como a la pregunta ¿y si lo hago? debería ser la misma: da igual. Con todo este barullo de palabras, lo que quiero decir es que no debemos buscar la velleza del vello, porque no reside en él, sino que la belleza está en su naturaleza y en la libertad de las personas de mediar con él de la forma que cada uno considere adecuada. Toda opinión debe ser respetada: el vello ajeno no
molesta, las miradas prejuiciosas de la gente que no deja a los demás tomar
decisiones propias, sí.
Y para terminar, un poema:
El vello,
Que cada uno decida
Lo que quiera hacer
con ello.
Fin.